La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

jueves, 30 de agosto de 2018

¿Dónde está el infierno?



La pregunta puede parecer ociosa, pero adquiere otra dimensión cuando se piensa que existen posibilidades de que uno tenga que permanecer allí durante toda la eternidad. A los clásicos les debemos la concepción del infierno como un lugar subterráneo. Cualquier héroe como Dios manda debía realizar su descenso al Hades con un recado u otro. Por desgracia, los poetas antiguos suelen ser imprecisos acerca de su localización. Excepto Virgilio, que sitúa la puerta del Tártaro en cierto cráter conocido como “Averno” cercano a la ciudad de Cumas, lo que nos permite localizar el infierno con cierta precisión en el entorno de la bahía de Nápoles. En cuanto a la cultura judeo-cristiana, la fuente más autorizada es, naturalmente, el poeta florentino Dante, quien no solo describe el infierno con abundancia de detalles cruentos, sino que nos lo muestra organizado en secciones, como si se tratara de un centro comercial de El Corte Inglés. En cuanto a su entrada, paradójicamente, la sitúa en Tierra Santa, en concreto bajo la montaña de Sión. Por desgracia, en siglos posteriores el concepto queda difuminado entre imprecisiones y abstracciones teológicas. El papa Juan Pablo II no se atrevió a negar la existencia del infierno (como si ha hecho Francisco, para escándalo de muchos) pero afirmó que no consta que haya nadie en él, tal es la infinita misericordia de Dios. Jean Paul Sartre dijo que “el infierno son los otros”, lo que equivale a situarlo en casa de los vecinos. En un registro más mundano, cabría también localizarlo en el Primark de la Gran Vía el primer día de las rebajas, o quizás en la playa de Benidorm en este mismo instante. Sumándome a la lista de autoridades que han especulado sobre el asunto, yo me atrevo a decir que se encuentra en Albacete, en cualquiera de las calles que la empresa adjudicataria de las obras del centro ha puesto patas arriba este verano.


Publicado en La Tribuna de Albacete el 6/7/2018

1 comentario:

Anónimo dijo...

NEGAR EL INFIERNO ES LO QUE EN LA MATERIA QUE VEMOS SERIA NEGAR LA EXISTENCIA DE LA TIERRA PORQUE ES BIEN CONOCIDO DE QUE EL ANGEL MALO CAYO A LA TIERRA .
NEGAR EL INFIERNO ES NEGAR EL ALMA PORQUE NO VEMOS CON LOS SENTIDOS DE LA MATERIA LO QUE ES EL ESPIRITU
NEGAR EL INFIERNO ES NEGAR QUE EL PUEBLO DE DIOS FUE ESCLAVO EN EGIPTO
NEGAR EL INFIERNO ES NEGAR QUE EL FARAON QUE ES EL DEMENIO Y LOS EGIPCIOS QUE SON EL PECADO EXISTEN
Y EN REALIDAD NO EXISTE LO QUE ES AUSENCIA DE DIOS PORQUE NO SE PUEDE ANALIZAR
ASI NO PODEMOS ANALIZAR LA OBSCURIDAD PORQUE NO TENEMOS LOS SENTIDOS PARA ANALIZAR
SABEMOS QUE EL RAYO X ES INVISIBLE PERO A PESAR DE ELLO NO LO NEGAMOS