La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

sábado, 5 de mayo de 2018

A la japonesa


Escribo estas líneas en las primeras horas de la mañana del jueves, el día de la huelga, por lo que todavía no sé si la convocatoria habrá calado hondo o si todo quedará en mero testimonio. Ayer, en un telediario, una señora afirmaba que los hombres podemos sumarnos a la huelga siempre y cuando no intentemos acaparar protagonismo (le faltó apostillar «como siempre»). Puesto que soy alérgico al protagonismo, he decidido ir a trabajar. Idioteces aparte, espero que mis compañeras vivan el día como la jornada reivindicativa que es, pues motivos no les faltan. Y si estuvieran necesitadas de incentivos, bastaría con las declaraciones de la ministra Tejerina y de la presidenta Cifuentes, quienes afirmaron que ellas habían decidido celebrar el Día Internacional de la Mujer trabajando todavía con más ahínco, es decir, haciendo huelga «a la japonesa». Hasta al propio Rajoy se le cayó la cara de vergüenza, y no tuvo más remedio que desautorizarlas durante una comparecencia en el Senado. «No me reconozco en esa afirmación que ha hecho algún miembro de mi partido», le aclaró Rajoy a un periodista. Yo, en el fondo, las comprendo. Con un micrófono delante, a esta gente le debe de resultar difícil contenerse y evitar que asome el hocico la bestia parda. Tejerina y Cifuentes van a hacer huelga «a la japonesa» porque se pasan por el arco del triunfo un derecho que los trabajadores conquistaron al cabo de muchos años de lucha y sufrimiento, y seguramente la única herramienta eficaz para conseguir que las cosas cambien. Las clases privilegiadas, cuando quieren alardear de superioridad moral, hinchan el pecho y anuncian que van a hacer huelga a la japonesa, sencillamente porque las huelgas a la japonesa no existen. En Japón, cuando hacen huelga, la hacen igual que en todas partes, vaya.

Publicado en La Tribuna de Albacete el 9/3/2018

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