La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

viernes, 30 de enero de 2015

"The Hole"


Hace unos días me llevé un susto de órdago al leer en internet un titular que provenía del diario La Verdad, en el que se informaba que el ayuntamiento había ordenado que se retiraran los carteles del espectáculo «The Hole» por su contenido ofensivo. «¡Ya está», pensé. «Hemos vuelto a hacer el ridículo». Aún tardé unos segundos en recordar que La Verdad de Albacete pasó a mejor vida. En efecto, una segunda lectura me aclaró que la noticia se refería al ayuntamiento y la ciudad de Cartagena. Menudo alivio.
Personalmente, no tengo nada contra los carteles que muestran a rubias platino ligeras de ropa, ni creo que toparse con uno de ellos incite a conductas o pensamientos más promiscuos que los que uno lleve ya consigo de fábrica. El moralismo de nuevo cuño siempre podría tildarlos de sexistas, pero los productores de «The Hole» se han curado en salud distribuyendo, junto a los carteles de la rubia, otros de un fulano semidesnudo que luce una envidiable tableta de chocolate. Y uno no puede evitar sentirse reconfortado al comprobar que su ciudad ha recibido este espectáculo (bastante divertido, por cierto) con naturalidad y tolerancia, dejando que por una vez sean otros quienes pequen de provincianos. Además, si nos escandalizáramos con este tipo de anuncios, nos resultaría imposible deambular por algunas de las vías principales de nuestra ciudad, por ejemplo la calle Mayor, donde pueden admirarse varios escaparates de lencería realzados con fotos de señoritas en paños menores. El único problema es el riesgo físico, y me refiero a la posibilidad de chocar con otro viandante o contra una señal de tráfico. A quienes se sientan ofendidos siempre les queda la opción de mirar hacia otro lado, como yo suelo hacer cada vez que nos aqueja alguna campaña electoral. Esos carteles sí que resultan ofensivos.

Publicado en La Tribuna de Albacete el 23/1/2015

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