La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

viernes, 21 de noviembre de 2008

Blogosfera

La ciudad de Sevilla acogió la semana pasada el Evento Blog España, un encuentro de particulares y empresas relacionadas con los blogs de internet. El universo de los blogs se halla en expansión, al igual que el universo de la red en su conjunto. Hasta mediados los noventa lo de una «red de redes» nos sonaba a ciencia-ficción, hoy nos movemos por ella con la facilidad con que bajamos a la panadería de la esquina. Como si de una gigantesca empresa de colonización se tratase, hemos convertido en nuestro vecindario lo que hasta hace bien poco era «terra incognita». Y las nuevas tierras precisan nuevos nombres, de ahí que la red sea terreno propicio para los neologismos. La palabra blog se forma a partir de web log, siendo log el término inglés que designaba esos diarios o cuadernos de bitácora en los que los capitanes de los barcos dejaban constancia de sus navegaciones.

«Bitácoras»… «navegantes»… Si se fijan, todo lo que se relaciona con la red parece teñido de aventura y romanticismo. Quizás hubo un tiempo en que esta envoltura romántica tuviera sentido. Ahora ya no estoy seguro de si responde a los hechos o bien se trata de simple palabrería. Nos las hemos arreglado para convertir algo novedoso y apasionante en el colmo de lo vulgar y lo hortera. Navegar hoy por la red no difiere mucho de pasear por los pasillos de un supermercado, o más bien un bazar del mal gusto. Aquí la sección de remedios para la disfunción eréctil. Allá el sex shop. A la derecha la sección de software pirata con virus incluido. Como muestra de la degradación que sufre la red, piensen en esos correos basura que recibimos a toneladas cada día. Casinos virtuales, sex cams, viagra, timos varios Tal vez el retrato-robot del hombre del nuevo milenio: pornógrafo, voyeur, ludópata y pitopáusico. Y entre tanta inmundicia, la blogosfera (que así se denomina el universo de los blogs) resalta como uno de los pocos reductos de creatividad, sensibilidad e imaginación.

Abrir un blog es tan sencillo que pocos forofos de internet dejan de sucumbir a la tentación. Cualquier servicio de creación de blogs (llámese Blogger, Blogia o La Coctelera) nos ofrece una variedad casi infinita de bitácoras donde los «blogueros» del mundo dan rienda suelta a sus pasiones, desde el bricolaje a Schopenhauer, pasando por el heavy metal, el esperanto y el pensamiento Zen. En mi entorno cercano puedo señalar más de uno que merece la pena. Bien a cara descubierta, bien ocultos detrás de un nick o apodo, me cabe presumir de algunos amigos cuyos blogs rozan la excelencia. Daniel Quinn, un antiguo alumno, es el responsable de El Dormitorio de Maud, una interesante revista de cine y literatura que se encuentra a tan sólo un google de distancia. Antonio Segovia, colega y amigo, se vale de su De Siberia a Malvinas para dar rienda suelta a sus dos pasiones, que son la biología y la pedagogía. Manel Haro, joven periodista barcelonés, es el creador de El Blog de las Odiseas, que se nutre sobre todo de reseñas literarias y entrevistas a escritores. Desde La Luz del Agua, el poeta caudetano Ángel Aguilar nos ofrece una visión del mundo teñida de lirismo y espiritualidad. Carretera y Manta es un espacio virtual donde el pintor Juanjo Jiménez nos regala algunas magníficas fotografías de naturaleza y de paisajes. A través Apuntaciones Sueltas, mi amigo el traductor Alejandro Pareja ha llevado a cabo iniciativas tan singulares como la de buscarle un padre adoptivo a su vieja máquina de escribir Olivetti. Y como muestra de la variedad de este «género», sepan que mi compañero de instituto Juan Martínez-Tébar, profesor de matemáticas, deja constancia de su pasión por esta ardua disciplina en Los Matemáticos No Son Gente Seria.

Mención aparte merecen otros blogs de orientación más periodística. Siguiendo la estela de muchos prestigiosos columnistas de opinión (Arcadi Espada, Javier Rioyo o Javier Marías) algunos amigos que escriben semanalmente en la prensa decidieron insuflarles una segunda vida a sus artículos a través de un blog. Entre ellos, muy singularmente, los escritores Arturo Tendero y León Molina, cuyas bitácoras comparten título y contenidos con las columnas que ambos publican en la prensa de Albacete: El Mundanal Ruido y El Puente, a las que les remito con todo el entusiasmo que me consiente mi mustia naturaleza. Como era previsible, también esta Ley de Murphy tiene su contrapartida digital, con algún que otro lector, y con más de un detractor cuyas opiniones, por malévolas y erróneas, con frecuencia me abstengo de publicar.

En fin, ya ven que los blogueros somos multitud, tantos que apenas encontramos tiempo para leernos unos a otros. Dejo abierto el interrogante de si tantos blogs son necesarios o bien no hacen más que añadir ruido y caos al mundo de internet, que ya anda más que sobrado de ambos. Les invito, no obstante, a recorrer algunas de las bitácoras aquí reseñadas y a dejar en ellas sus opiniones y comentarios. Pasen y lean. Y, qué narices, si no encuentran lo que buscan, creen su propio blog.

Publicado en La Tribuna de Albacete el 21/11/2008

1 comentario:

Daniel Quinn dijo...

Gracias por la mención, Eloy. Al fin y al cabo, el mundo de Internet es como el de los demás medios, hay que saber elegir (lo cual también es peligroso, porque se puede caer en un peligroso círculo de autocomplacencia), pero en el caso de la Red todo es mucho más exagerado y abrumador. Ya es imposible digerir toda la información interesante, así que la prescindible está casi por todas partes.

Un saludo.