La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

domingo, 28 de febrero de 2016

Vende tus bragas


No sé si han oído hablar de un nuevo portal de internet en el que se puede adquirir lencería íntima femenina. Esto no tendría nada de particular si no fuese porque los clientes son hombres, y las prendas en venta están usadas y sin lavar. En cada caso se publica una foto del artículo en cuestión (bragas, tangas, sostenes, culottes, etc) en la que su propietaria demuestra que la ha llevado puesta. Las descripciones pretenden también azuzar la libido del posible cliente con denominaciones tan escasamente sugerentes (al menos para el que suscribe) como «braguita olorosa» y «tanga húmeda y calentita». Las vendedoras, a su vez, se identifican como «Sweet Fluid»,  «Conejita» y otros apodos de connotaciones similares. Hay incluso una sección de vendedoras VIP en la que podemos encontrar a una antigua starlette porno y a cierta joven escritora con ganas de llamar la atención a toda costa. La duda es si este portal genera beneficios, aunque tiendo a pensar que así es, porque no escasean los fetichistas y los cerdos siempre fueron legión. Otra duda que me surge es cómo pueden garantizar al morboso cliente (sin pruebas de ADN de por medio) que las prendas las han usado las mismas mujeres que aparecen en las fotografías, o si se trata simplemente de bragas de mercadillo arrugadas y mancilladas con algún tipo de sustancia orgánica (restos de merluza o bacalao, por ejemplo). La última pregunta es si tendría éxito un portal similar, aunque dedicado al público femenino, en el que los vendedores fuesen varones. Vendetusgayumbos.com es el nombre que se me ocurre como más directo a la par que gráfico. Con todo, ¿alguien puede imaginar a una mujer en su sano juicio olfateando los calzoncillos de un fulano para ponerse a tono?

Publicado en La Tribuna de Albacete el 26/2/2016 

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