La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

domingo, 15 de diciembre de 2019

Teléfono



A la gente joven no le gusta hablar por teléfono. Es más, si al adolescente medio se le eliminara la posibilidad de recibir llamadas en su móvil, lejos de sentirse contrariado, le supondría un gran alivio. Esto parece una contradicción si pensamos en esa necesidad de estar permanentemente conectado que ha generado el uso masivo de los dispositivos móviles, en especial entre los jóvenes, pero los hechos demuestran de forma contundente que los chicos y chicas solo recurren a las llamadas de voz en caso de extrema necesidad, y que el hecho de recibirlas les provoca fastidio y enojo. Mientras que los pitidos y chasquidos del whatsapp y del instagram se han convertido en su pulso vital, el timbre de llamada del teléfono les causa incomodidad y desconcierto, hasta el punto de que con frecuencia prefieren ignorarlo. La cosa tiene su lógica si pensamos en el teléfono móvil como en un arma de doble filo, pues los padres pretenden usarlo (subrayo “pretenden”) como un elemento de control. Más difícil resulta explicar por qué tampoco les gusta atender las raras llamadas de los amigos. Un educador seguramente lo explicaría aludiendo a la dificultad creciente de las nuevas generaciones para la comunicación verbal, y es cierto que basta con escuchar las conversaciones de un grupo de adolescentes para darse cuenta de que en ellas abundan más las vaguedades y las fórmulas (“en plan”, “o sea”, “como que”) que la auténtica información. Con todo, creo que existe un motivo más sutil: la comunicación verbal (más aún la telefónica) requiere inmediatez, capacidad de improvisación, y la muchachada prefiere construir sus personajes con el tiempo y la reflexión que les brindan los grupos de whatsapp y las redes sociales, donde las respuestas pueden demorarse minutos o incluso horas. El teléfono, en suma, se está convirtiendo en un elemento del pasado, como el correo postal, la televisión no inteligente y el potaje de garbanzos.


Publicado en La Tribuna de Albacete el 6/9/2019

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