La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

sábado, 5 de mayo de 2018

Cinco pasos


Existe una teoría según la cual todos estamos conectados por un máximo de cinco pasos con cualquier otra persona del planeta. Supongamos que José tiene un amigo cuyo primo trabaja en una empresa de importación (dos pasos). Pues bien, el jefe de este primo (tres pasos) viajó en cierta ocasión al África meridional por motivos de trabajo. Allí coincidió con el cooperante de una ONG (cuatro pasos), quien le contó que, en el curso de una expedición, se había topado con un grupo de nómadas bosquimanos. Por la noche, al calor de la hoguera, el chamán de este grupo le habló al cooperante de lo peligroso que es pronunciar el nombre del león, ya que las moscas oyen lo que la gente dice y vuelan al encuentro del león para contárselo. Mi amigo José y el chamán bosquimano estarían separados por tan solo cinco pasos. Si no salimos del mundo occidental, seguramente no habría que dar más de tres o cuatro saltos para establecer la relación. Dos ejemplos: yo mismo puedo alardear de vínculos relativamente cercanos con dos estrellas míticas del rock como Mark Knopfler y Elvis Presley. Hace treinta años, durante una estancia en Inglaterra, hice amistad con un estudiante llamado Graham. En su Newcastle natal, Graham había tenido como profesora de matemáticas a Louisa Mary Knopfler, la madre del músico. Afirmaba que tenía los mismos ojos y nariz que su hijo, y que le resultaba imposible ver un vídeo de Dire Straits sin sentir un ataque de pánico. Por otro lado, tengo un amigo norteamericano que en su juventud hizo sus pinitos en Hollywood. Allí consiguió un pequeño papel en Estrella de fuego, un western de 1960 cuyo protagonista (lo han adivinado) era el mismísimo Elvis Presley. Parece que el azar reserva para cada uno de nosotros una modesta ración de inmortalidad.

Publicado en La Tribuna de Albacete el 26/1/2018

No hay comentarios: