Cumplidos los cincuenta, uno ya no sabe si va o si
viene. Juan Valero, sin embargo, ha decidido ahorrarse la incertidumbre y
decirnos adiós una semana antes de su quincuagésimo cumpleaños, que habríamos
celebrado ayer. Las emociones tienen cauces de expresión mucho más adecuados
que las páginas de un diario. Tras llorar al amigo en privado, hoy queremos
honrar la memoria de ese librero que, en el mundo de Amazon y de los ebook, era un auténtico bicho raro. Para
mí Juan era uno de los últimos representantes de la noble estirpe de los
libreros, profesión que nada tiene que ver con la de dependiente en una
librería. «Un día les prenderemos fuego tú y yo», me decía con esa sonrisa suya
de crío travieso. Y luego señalaba disimuladamente hacia la mesa donde se
apilan todos los libros que nunca debieron existir (las memorias del titiritero
mediático de turno, la último pseudonovela de Paulo Coelho…). Aunque yo sabía
que eso era un farol, porque nadie amó los libros como él, y por extensión la
librería que lo vio crecer y casi morir. De hecho, muchos clientes pensaban que
él era el dueño de la Popular, me imagino que con el beneplácito de Ángel
Collado, quien hasta el último día fue para él un amigo y casi un padre. Más de
treinta años, toda una vida al servicio de ese concepto abstracto y un tanto equívoco
que llamamos «la cultura de Albacete». Sin embargo, al pensar en Juan el asunto
no admite duda. Trabajar por la cultura de Albacete era lo que él hacía desde
el mostrador de su librería, una tarea colosal que debería obtener ahora su reconocimiento.
Y con una única mancha en su expediente: él fue quien me vendió mi primer
ebook. Pero no te preocupes, Juan. Hoy purgaremos ese pecadillo comprando un
libro de los de verdad, de los que a ti te gustaban.
Publicado en La Tribuna de Albacete el 31/10/2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario