Puesto que la Semana Santa es, de antiguo, época de
sacrificios, a algún que otro famosete le ha dado por inmolarse en esa gran
pira que son las redes sociales. Me refiero, en concreto, a César Cadaval,
componente del dúo «cómico» Los Morancos. No contento con practicar el humor
más chabacano y casposo del momento, a Cadaval no se le ha ocurrido nada mejor
que difundir una foto suya en la que aparece muy sonriente, con un fusil en la
mano y un leopardo abatido a sus pies. Salvando las distancias de rango del
cazador y volumen de la pieza cobrada, la imagen recuerda mucho a aquella que
supuso el principio de la caída en picado del rey emérito, la famosa foto del
elefante. De hecho, parece que la imagen del rey y la de Cadaval fueron tomadas
en el mismo lugar, un coto de Botsuana donde los ricos españoles acuden a dar
rienda suelta a sus instintos de matarife a costa de la fauna africana salvaje.
El monarca elefanticida ya recibió estopa en su momento, pero el comediante
sevillano tampoco se ha ido de rositas, ya que le han dado hasta en el deneí
vía Twitter y otros mentideros. Y yo que me alegro del castigo público recibido
por este energúmeno que disfruta acribillando grandes felinos, y encima exhibe
sus bárbaras hazañas sin el menor pudor, pensando tal vez que alguien le va a
reír la gracia. Creo que Cadaval todavía no se ha atrevido a dar la cara, pero
supongo que su coartada será la misma que suelen esgrimir los cazadores,
aquello de que ellos son los auténticos amantes de la naturaleza, y no los
ecologistas esos. Parece que el concepto del amor que tienen algunos es liarse
a tiros con todo lo que se mueve.
Publicado en La Tribuna de Albacete el 25/3/2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario