La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

miércoles, 4 de noviembre de 2015

El DeLorean de Marty McFly





El miércoles pasado, 21 de octubre de 2015, se celebró el día de Regreso al futuro. La gente de mi edad (y también los más jóvenes, pues las reposiciones televisivas no perdonan) recordarán aquella trilogía ochentera con Michael J. Fox de protagonista. En la primera película, el joven Marty McFly viajaba al pasado a bordo de un deportivo DeLorean convertido en máquina del tiempo. En la segunda repetía viaje temporal, aunque esta vez hacia el futuro, donde comprobaba los efectos sísmicos de su intervención en el curso natural de los acontecimientos. La gracia del asunto está en la fecha que el viajero elegía para su desembarco en el mundo del mañana, que no era otra que la del miércoles pasado, 30 años después de su fecha de partida. No niego que todo esto no deja de ser una tontada de las que abundan gracias a internet y las redes sociales, una frivolidad más para consumo de frikis y desocupados. Pero resulta difícil librarse de la nostalgia y de su poderoso hechizo, y no he podido evitar el pensamiento de que somos muchos los que hemos realizado el mismo viaje, desde 1985 hasta el miércoles pasado, con la diferencia de que no hemos necesitado un DeLorean, y de que el tiempo que hemos empleado en llegar hasta aquí ha sido algo más prolongado que en la película, en torno a 30 años. Tres décadas que, sin embargo, han pasado en un abrir y cerrar de ojos. Y todo para descubrir que el futuro no se parecía ni por asomo a como lo imaginábamos en los 80. Y que el tópico aquel de que «todo tiempo pasado fue mejor» ha resultado una verdad como la copa de un pino.
Publicado en La Tribuna de Albacete el 23/10/2015

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