El martes pasado hubo una huelga en la universidad a
la que se apuntaron algunos chicos de los institutos. No está muy claro si el
derecho constitucional a la huelga se extiende también a los estudiantes no
universitarios. Consulto la hemeroteca y compruebo que Marcial Marín, consejero
de educación de Cospedal, se lo negó hace unos años al pedir a los directores
de los centros escolares de la región «que no engañasen a los estudiantes
asegurándoles que tienen derecho a la huelga». Luego explicó que para ejercer tal
derecho hay que tener una vinculación laboral con una empresa o una
administración. Por eso resulta curioso que en unas instrucciones que la
inspección educativa ha mandado a los institutos (al menos al mío) se afirme lo
contrario. ¿Es Marcial Marín quien no conoce la ley o son sus subordinados? ¿O
es que acaso al consejero lo están tomando por el pito del sereno? Pero la cosa
no concluye ahí, porque en las instrucciones referidas se explicaba también
cómo debíamos proceder los profesores en caso de que hubiera un examen programado
para el día de la huelga. Se nos da a elegir entre aplazar el examen para todos
los alumnos (los que han hecho huelga y los que no), aplazarlo solamente para
los huelguistas, dejar que cada niño haga lo que quiera, etcétera. No queda muy
claro a qué se refiere el misterioso «etcétera», pero los profes sospechamos
que tal vez tengamos que ir a casa del alumno para llevarle el examen a la
cama, junto con un desayuno de tostadas y zumo de naranja. Y esto es lo que
nuestra administración educativa entiende por educar en derechos y en
responsabilidades. Puede que sea porque estamos en año electoral. Lo que
parecen olvidar es que los profesores también votamos.
Publicado en La Tribuna de Albacete el 27/2/2015