Me da la impresión de que en el anuncio del Sorteo
de Navidad no es oro todo lo que reluce. A lo mejor resulta que generosidad de
Antonio el del bar esconde una trama de blanqueo de capitales. O puede que todo
sea fruto de la psicosis impositiva que me aqueja desde hace un tiempo,
agravada ahora que la Pantoja está en la trena, que al «duque empalmado» le
pide el fiscal casi 20 años de cárcel y a la infanta le quieren hacer pagar
500.000 euros por distintos delitos fiscales. Hoy en día da miedo agacharse a
recoger un billete de cinco euros en medio de la calle. Si lo hacen, asegúrense
de que no hay testigos ni cámaras, porque los inspectores de Hacienda nunca
descansan. Hacienda es como un amigo invisible un tanto rácano que toma mucho
más de lo que devuelve. Y a pesar del viejo eslogan según el cual «Hacienda
somos todos», al final va a resultar que algunos lo somos bastante más que
otros. Incluso si tiene usted la suerte de que le toque la lotería el día 22,
vaya haciéndose a la idea de que le van a retener un 20% de todo lo que supere
los 2.500 euros, con lo que el la alegría quedará un tanto menguada. Porque uno
no puede evitar volverse un poco cínico con los años, y por cada euro que se
cotiza al fisco se tiene la sensación de que otro tipo con muchos más ingresos
está dejando de pagar 10. Pero, repito, podría ser todo una paranoia. De hecho
mis compañeros del instituto me miran raro porque me he negado a participar en
el amigo invisible de este año. Claro que no saben (pobrecillos) que las
donaciones en especie también tributan.
Publicado en La Tribuna de Albacete el 19/12/2014
1 comentario:
De todos modos felicidades.
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