Un estudio realizado en la universidad de Sheffield
(Gran Bretaña) ha probado que la voz de la mujer provoca agotamiento el cerebro
masculino. Parece que la riqueza de tonos y matices que posee la voz femenina
resulta difícil de descodificar para los varones, mientras que lo contrario, al
parecer, no ocurre. Una mujer puede escuchar la voz de un hombre sin
experimentar el menor problema ni molestia. Es más, le suele quedar capacidad
cerebral de sobra para construir varias teorías sobre lo que acaba de oír, por
inocente que sea. Por ejemplo, cuando un hombre dice «cariño, al salir del
trabajo me voy a quedar a tomar una cerveza con mis compañeros», el escueto
mensaje generará un alud de hipótesis y cábalas en el cerebro femenino, y ello
de forma casi instantánea. En cambio, cuando es la esposa la que intenta
comunicarse con su marido (digamos, por ejemplo, sobre los planes para las
próximas vacaciones) existen muchas posibilidades de que el hombre deje de escuchar
pasados aproximadamente veinte segundos. Según Michael Hunter, profesor en
Sheffield, esto no ocurre porque exista una diferencia significativa en
inteligencia o capacidad de atención entre un sexo y el otro, sino a causa de
la especial estructura neurológica del varón, quien no es capaz de escuchar la
voz femenina sin sufrir severas sobrecargas y cefaleas. Por lo tanto, no es que
los hombres no quieran escuchar, sino que se ven forzados a no hacerlo a causa
de un mecanismo natural de protección. Facebook
dixit.
Por otro lado, resulta interesante la política del
restaurante de comida rápida Burguer Off (Reino Unido), que se vanagloria de ofrecer a
sus clientes la hamburguesa más picante del mundo. Esta hamburguesa está
aderezada con una salsa a base de chilis y jalapeños que ha llegado a
provocarles trastornos graves a algunos comensales, desde shocks anafilácticos
a perforaciones intestinales. Por ese motivo, todo aquel que desee probar el
producto debe firmar previamente un documento («disclaimer») en el que exime al
restaurante de cualquier responsabilidad. Facebook
dixit. (Un inciso: todo esto me recuerda cierta anécdota con un amigo
mexicano del colegio mayor, Mario, que hoy en día me honra aún con su amistad y
a menudo lee esta columna. Este amigo insistía en la falta de arrojo de
nosotros, los españoles, a los que con frecuencia se refería como «maricones».
Para probarlo, un día nos desafío a consumir jalapeños enlatados de origen
mexicano que había comprado de estraperlo. El producto resultó tener curiosas
propiedades, porque pronto comprobamos que sus efectos no disminuían con la
digestión. Es decir, los malditos pimientos picaban lo mismo al salir que al
entrar).
Siguiendo con el tema gastronómico, resulta curiosa
la reclamación que un joven de Vigo ha cursado contra una conocida cadena de
reparto de pizzas a domicilio. Según el joven, su intento de mantener
relaciones sexuales consentidas con la pizza que acababa de recibir le provocó
quemaduras de segundo grado en el pene. Facebook
dixit.
Pero quizás lo más fascinante de la semana sea lo
ocurrido en la localidad gaditana de San Roque, donde un vecino ha denunciado
al ayuntamiento porque un burro de propiedad municipal ha tratado de abusar
sexualmente de una vaca que le pertenece. Parece que el asno fue adquirido por
el ayuntamiento con ocasión de las últimas fiestas navideñas como parte de
un belén viviente. Una vez terminadas
las Navidades, nadie en el consistorio gaditano sabía muy bien qué hacer con el
burro, que se dedicó a campar a sus anchas por el término municipal y acabó
colándose en la finca del denunciante. Allí fue donde tuvo lugar el intento de
agresión sexual a la vaca de marras, que el concejal José Lara justifica con el
argumento de que fue la vaca la que provocó al asno. «Se trata de un burro
joven, con mucha fuerza», ha declarado el edil. «Y claro, al salir la vaca
completamente desnuda, con las tetas al aire, pues igual el animal se salió de
madre y embistió». Se rumorea que las activistas de Femen han renunciado a
manifestarse en San Roque. Facebook
dixit.
Han pasado otras cosas por ahí, en Ucrania, en los
tribunales, en el parlamento… Pero mejor no entrar en ellas, porque siempre hay
quien se ofende al leer las opiniones ajenas, y no es cuestión de ir ofendiendo
a lo tonto.
Publicado en La Tribuna de Albacete el 14/3/2014
1 comentario:
Has conseguido que me ria desde casi el inicio hasta el final.. enhorabuena
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