Los
profes de la comunidad hemos recibido una carta del consejero de educación. Nos
dice el señor Felpeto que van a pedir centros voluntarios para realizar un
«pilotaje». Al margen del pintoresco uso del término (uno ya no sabe si se va limitar
a dar clase o si le van a hacer participar en las 500 Millas de Indianápolis),
se trata de trasladar los exámenes de septiembre a finales de junio, porque así
se espera «mejorar los resultados académicos y evitar el abandono educativo
temprano». Pero si le echamos un vistazo al calendario de este curso académico,
resulta que el final de las clases está previsto para el 26 de junio. Lo más
probable es que las evaluaciones finales se realicen, como máximo, la semana
anterior. Parece que el señor Felpeto y sus asesores confían en que los alumnos
suspensos hagan en el transcurso de menos de una semana lo que no han hecho
durante todo el año. La cuestión daría risa si no fuera porque el asunto es muy
serio. La denominada «prueba de suficiencia» se eliminó hace unos cuantos
cursos por motivos que no recuerdo, quizás porque no servía para mejorar los
resultados académicos ni evitar el abandono educativo temprano. Ahora se
recupera aquello que se descartó, pero con el agravante de que se eliminan las
pruebas de septiembre, que sí les brindan a los alumnos un plazo razonable para
ponerse al día y mejorar en aquello que fracasaron. Una de dos, o bien lo que
se pretende es librar a las familias del incordio de los cates estivales o,
sencillamente, quieren que los profesores acabemos aprobando a los chicos por
puro agotamiento. Así no mejoramos el nivel de educativo de los alumnos, señor
Felpeto. Como mucho, mejoraremos las estadísticas de cara a la galería. ¡Ah,
perdón! Ahora recuerdo que es usted un político, y que la política y la
educación tienen poco, muy poco que ver.
Publicado en La Tribuna de Albacete el 8/9/2017
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