viernes, 14 de noviembre de 2014

El farol de Diógenes


El filósofo Diógenes recorría el ágora portando un farol en pleno día. Según él, estaba buscando a un hombre honrado. En este país Diógenes necesitaría un reflector de los que se usan en la iluminación de los estadios. Pensemos si no en los muchos vuelos a Canarias que todos hemos sufragado para satisfacer la libido desaforada de Monago. Y ya puestos a evocar otros niveles de asco y de vergüenza, recordemos a los Granados, a los Bárcenas, a los Matas y al resto de esa fauna sin escrúpulos que ha convertido el escenario político español en un estercolero. Pablo Iglesias fue tajante en su reciente entrevista con Jordi Évole: «los padres de Podemos son el PP y el PSOE», una confesión que para mí constituye todo un alarde de honradez, pues no deja muy bien parados a las caras visibles de este movimiento que parece dispuesto a arrasar toda la podredumbre como un fuego purificador caído del cielo. Del mismo modo que los terroristas del 11-M fueron los artífices de la victoria electoral de Zapatero, los abusos de los políticos se han convertido en la fuerza vital de ese atractivo monstruo de Frankenstein que es Podemos. Y subrayo lo de «atractivo» porque a mí no dejan de seducirme la idea y sus posibilidades. La política de este país reclama savia nueva. Demasiados lobos alimentados desde cachorros en el muelle seno de los partidos. Demasiados golfos faltos de oficio y sobrados de beneficio. Pero qué gran pena sería que el sitio de los golfos y los oportunistas lo ocupasen otros de la misma calaña. La desilusión y el ansia de revancha son sentimientos muy humanos, pero mejor pensárselo dos veces antes de votar por impulsos irracionales. Estoy convencido de que hay gente honrada y capaz haciendo política. Si le pedimos prestado su farol a Diógenes, seguro que los acabaremos encontrando.

Publicado en La Tribuna de Albacete el 14/11/2014

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